BRAGA

Mi viaje a Braga fue planeado con calma; es una ciudad que ya conozco, pero hace años que no visitaba.
Mis viajes a esta pequeña ciudad del norte de Portugal siempre han sido rápidos, de esos que parecen que estás huyendo de algo. Sin embargo, esta vez, he podido disfrutarla de otra manera.
Braga es, sin duda, la ciudad más religiosa de Portugal. Conocida como "la ciudad de los arzobispos", cuenta con más de cuarenta iglesias.
Durante mi visita, la lluvia me acompañó constantemente, apenas me dio tregua. Pero, en cierto modo, creo que si el clima hubiera sido diferente, la ciudad habría perdido parte de su encanto.
Esta pequeña ciudad portuguesa tiene ese olor a decadencia que, de alguna manera, me acompaña cada vez que la visito. Y, sin ese aroma peculiar, Portugal perdería algo de su esencia.
Tuve la oportunidad de visitar su pequeña catedral. Digo "pequeña" porque, comparada con otras, su fachada me parece diminuta.
También recorrí el Museo de los Biscainhos, el Museo de Pío XII, el Santuario do Bom Jesus y un sinfín de iglesias, todas ellas impresionantes.
La mayoría de estas iglesias son de estilo barroco, un detalle que me fascinó.
Me encantó pasear por sus calles, tomar su delicioso café y, por supuesto, saborear el bacalao que preparan en Portugal.
Creo que Braga no solo es una excelente base para explorar el norte de este hermoso país, sino también un lugar perfecto para pasar unos días de relax, paseando por sus tranquilas y acogedoras calles.

Un consejo: no dejen de tomar un café en la pastelería Lusitana, que está junto al Jardín de Santa Bárbara. Es un lugar encantador, con un personal muy amable y unas pastas de almendra deliciosas.

Está claro que, una vez más, @viajando_solas acertó con su elección de destino para recargar pilas y disfrutar de un buen paseo.






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